Una negra y descarreada oveja

La gente se pregunta que por qué le puse así a esta página, y ya que me conocen, o les es obvio, o no lo entienden de plano, siempre me han gustado los opuestos, creo que el yin y el yang se encuentran en todo, o al menos en todo lo que está completo o cerca de estarlo, te enseñan en fotografía que para que la luz se aprecie plenamente, tienes que provocar sombra y mostrarla, para pescar, tienes que dejar ir la línea para poder retraerla,... resulta que para vivir, hay que dejarse morir tantito, y para reír plenamente, hay que poder compartir lo triste, lo que mas nos desgarra, es lo que nos ayuda a crecer y convertirnos en seres fuertes y resistentes, y si nunca te caes, nunca encuentras la fuerza para levantarte, y si nunca necesitas de esa fuerza, pues sólo estás quitándole espacio a los que sí están viviendo, a los que se caen.
Resulta que estoy lleno de luz, que mucha gente que me conoce, me conoce como alguien que siempre está contento, por eso les sorprende tanto cuando me enojo, yo sí doy miedo cuando me enojo, y cuando estoy deprimido, preocupo, pero eso sí, al estar contento, provoco sonrisas en quien sea, y según esto irradio.
¿A qué viene todo esto? Ni idea, pero creo que hay que decirlo, que resulta que tengo una idea increíble para un libro, que mi libro es lo que he querido crear para dejar un legado, y que por fin tengo una historia que sé tiene lo que he estado buscando, y sé que la puedo contar como la TENGO que contar, dicha historia es sobre el Bien, y, claro está, EL Mal, es sobre triunfos y fracasos, de caídas y ascensos, de vida y muerte, sobre todo lo que debes hacer y todo lo que haces, es sobre todas las ovejas descarreadas y mataderos, de las ovejas y los pastores, la novela viene de mí, aunque no tenga que ver conmigo, y se trate sobre todos, hasta luego.